martes, 8 de julio de 2008


Las 1000 y una caras del sexismo


Es conocido que el lenguaje no es más que un reflejo de la cultura en la que vivimos. Una herramienta comunicativa que se construye socialmente y se completa en la sociedad. No es casual por todo ello que en una sociedad sexista y patriarcal como la nuestra se produzca una y otra vez un uso sexista del lenguaje. Los ejemplos son múltiples en los medios de comunicación, la escuela, las familias, la caudrilla, el mercado... y también en las fábricas. Hechad un vistazo a la claúsula que los sindicatos CCOO y UGT han incluido al convenio recién firmado en SIDENOR.CLAÚSULA DE GÉNERO: Al efecto de no realizar una redacción demasiado compleja, en el texto de este Acuerdo se ha utilizado el masculino como genérico para englobar a los trabajadores y trabajadoras, sin que esto suponga ignorancia de las diferencias de género existentes.
En este caso, como en otros muchos, se opta por invisibilizar a parte de la plantilla de la fábrica para "no realizar una redacción demasiado compleja". El uso del "masculino genérico" trae consigo la invisibilización de las mujeres. Todo es, en la medida en que tiene nombre y es nombrado. Por esta razón todo aquello que no sea explicitamente nombrado, es automáticamente ignorado. Pero el lenguaje no es algo estático. Una lengua que no evoluciona es una lengua muerta. Además el uso del lenguaje puede ponerse al servicio de diferentes objetivos...Incluida la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres. Es por ello que conviene tener más cuidado a la hora de expresarse y preguntarse de vez en cuando si las expresiones que empleamos son adecuadas o si por el contrario, apuntalan al sistema sexista que padecemos. "Kultura sexistak mintzaira sexista dakar eta mintzaira sexistak kulturaren sexismoa iraunarazten du" (Agurtzane Juanena)

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